De Saigón a Na Trang.


Tras reunirnos con Belén, proseguimos en pelotón de siete rumbo Norte. Primero hacia las montañas del interior.

El paisaje cambia bruscamente. De las plantaciones inundadas de arroz, pasamos a
campos de café, té, maíz... De una orografía totalmente plana a las cuestas. Del denso tráfico a la tranquilidad. Del calor sofocante al aire fresco. La comida ¿qué decir de la comida?...
Cuando se trata de dar pedales la ingesta de alimentos se convierte en un tema prioritario. Por ello, las pho (sopas) de los primeros días no parecen muy energéticas para esta empresa. Además sólo parecen agradarle a “la hormigonera Jokin”.
No dominamos su idioma pero ellos tampoco el nuestro, así que lo más práctico resulta una vueltecita por la cocina, abriendo pucheros y señalando aquello de mejor pinta. En otras ocasiones encontramos cartas en un idioma totalmente ininteligible, por lo que recurrimos de nuevo al dicciopinta o simplemente nos la jugamos cerrando los ojos y señalando allí donde caía el dedo.
En cierta ocasión, en la que parecía que nada podía fallar; (restaurante para guiris, tenedores, carta bilingüe...) al tratar de explicar al camarero la falta de una ración, que había servido tres y pedimos cuatro, cual fue la sorpresa, tras una larga espera, al ver aparecer al susodicho con cuatro nuevas raciones de comida, pues cuatro fue el último número en escuchar. A partir de aquí decidimos no dar más explicaciones de las realmente necesarias.
Unos días de ligeras subidas nos conducen hasta Dalat, principal centro turístico de montaña. Nos desencanta un poco el lugar, después de haber leído tanto sobre la que los franceses denominaron la Petit París.
Una jornada de largo descenso nos lleva hasta Pha Rang donde nos bañamos por primera vez en el Mar de China. A pesar de ser Domingo, los pescadores salen a faenar en unos diminutos botes de mimbre alquitranados de forma circular.
El viento sopla del Norte, por lo que los siguientes días hasta Na Trang se nos hacen un poco cuesta arriba.
No obstante la principal carretera que atraviesa el país se presenta de lo más entretenida y nos divierte comprobar cómo todavía deambulan viejos autobuses, cómo se puede viajar cuatro en moto o cómo se las ingenian para transportar todo tipo de mercancías: cerdos en moto, patos y gallinas en bicicleta y un largo etc.


En Na Trang llega el momento de separarse. Belén y el trío de Agurain disponen de menos días de viaje, por lo que deciden adelantarse para ver las cosas un poco más deprisa. De momento nosotros nos tomaremos un día de descanso.

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